Pregunta de la entrevista de Steve Brandon a T. K. Sribhashyam
9/ Después de tantos años enseñando ¿cuál sería el mayor consejo que le gustaría dar a los estudiantes de yoga?
Desafortunadamente, salvo algunas excepciones, la exportación del Yoga a Occidente (perdona mi expresión) que sido más física que espiritual o psicológica. Esto es debido principalmente, porque los primeros profesores eran especialistas en gimnasias occidentales y danza. Siendo tan flexibles, apegados a su cuerpo, estaban muy atraídos por la variedad de posturas que el repertorio de Yoga de diferentes maneras por toda la India. Gradualmente, esto se convirtió en una tendencia en Occidente, una tendencia que progresivamente se a convertido en un tipo de currículo de la enseñanza del Yoga y las escuelas de formación. Tristemente, los profesores indios también se sintieron atraídos por este currículo. Antiguamente los indios eran flexibles de manera que les fue muy fácil responder a las demandas de los occidentales.
Sin embargo, los occidentales están más acostumbrados a respirar y respirar profundo, más como un ejercicio físico que como una práctica Yóguica que reclama más atención mental, concentración y serenidad durante y después de la práctica.
Al mismo tiempo, los occidentales no les gusta estar físicamente quietos y serenos, y esto crea automáticamente que los sentidos y la mente se alteren. Además, nuestra cultura oriental inculca el miedo a la muerte, (miedo del silencio, soledad) mientras que la cultura hindú educa, desde la niñez, la presencia y la inminencia de la muerte. La muerte no se esconde a los niños hindúes; toman parte en las ceremonias de la muerte, como parte del sus rituales.
La nueva generación de occidentales tiene más curiosidad en conocer con profundidad el Yoga. Su vida estresante, ansiosa, el miedo a enfermar, a lo desconocido, el miedo a la muerte, etc. Despierta en ellos una sed de conocimiento, de aprender y aplicar los valores más profundos del Yoga, filosóficos y psicológicos y no sólo en un plano intelectual sino en sus vidas.
Los occidentales son tímidos para participar en temas devocionales o espirituales y enmudecen cuando esto les lleva a Dios. Son reacios y a veces contrarios a participar en intercambios en estos temas con sus amigos o incluso con miembros de su familia.
Estas tendencias y otras han contribuido mucho tiempo a perder los valores reales del Yoga en Occidente.
Gracias a Dios, la nueva generación da, a su manera, un estímulo a desarrollar espiritualidad y devoción en su propia vida y a veces en su entorno.
En tal situación, mi consejo para los futuros practicantes y profesores de Yoga es que hagan todo lo posible para inculcar estos valores que son el origen del Yoga sin ninguna clase de adoctrinamiento, viviendo y mostrando el divino regalo que Sri Krishna, Patañjali, Yajñyavalkya y otros Rishis védicos ofrecen a la humanidad, no sólo a los hindúes.
Mientras se mantenga su interés en los aspectos físicos del Yoga (especialmente Asanas), también les recomendaría que poco a poco invirtieran la tendencia, que le fueran dando más importancia al Pranayama (no como un ejercicio físico), Dharana y Dhyana, que definitivamente les ayudará a cultivar paz, serenidad, compasión, perdón y una muerte tranquila.
Como todos sabéis, nuestro miedo a la muerte es tan intenso que aprender y mantener la fase de una muerte tranquila es uno de los inestimables tesoros que podemos construir fácilmente en nuestras vida y salvaguardar preciadamente, no sólo al final de nuestra vida, sino transmitir a los miembros de nuestra familia antes de nuestra partida.
Esto me recuerda al consejo de mi padre sobre el concepto de la muerte:
Puedes ofrecer todos tus tesoros a tus hijos pero desaparecerán como ropa usada, pero enseñarles a amar y a aceptar la muerte es la mejor herencia que les puedes ofrecer. El día que dejen este mundo mortal, reconocerán esta herencia particular y te lo agradecerán, y aquellos que testifiquen una partida tan tranquila, es decir, familia, amigos, desconocidos reconocerán la incalculable paz que emana de tu cuerpo y de tu cara. Este es uno de los principales objetivos el Yoga.
Diría que este es el mayor consejo para aquellos que enseñan y practican Yoga. ¿es un consejo o un deber?
Al igual que mi padre, estoy convencido de que los occidentales no desechar esta oportunidad única.
Traducido del original por
Óscar Montero
Imparte clases de Yoga en León