Pregunta de Steve Brandon a Sri T. K. Sribhashyam
P: En su libro “Bilssful Experience, Bhakti” hay una sección sobre la dieta en la pág. 81, capítulo 5, Sadhana Saptka, y después en el capítulo 11 el tema es la Regulación dietética en la devoción. Eso significa que más de la sexta parte del libro se dedica al tema de la dieta en la devoción. ¿Puede sacar a la luz alguna de las razones por este énfasis en la dieta?
R: Tal como ya he tratado en un de los capítulos anteriores, decimos que la manera en la que la mente funciona depende de lo que comemos. En el Chandogya Upanishad, se dice que la mente se alimenta de comida. La comida que ingerimos influye en nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Por lo que todos los Maestros filosóficos dan importancia a nuestros hábitos alimenticios e insisten en aplicarlos para tener éxito en nuestro Sadhana. Esta es la principal razón por la que le doy importancia a las normas dietéticas.
Soy consciente que desde el punto de vista occidental no sólo es difícil creer sino también aplicar estas normas. Quiero mostrar algunos ejemplos de lo que quieren decir. Es cierto que algunas normas nos puedan dañar. Pero desde el punto de vista indio, debemos pensar en el potencial de lo que comemos. Digamos que lo que comes tiene un efecto biológico en ti, eso es algo incuestionable. Pero también lo tiene en sus aspectos potenciales. En el pensamiento indio una norma fundamental es que la acción puede ser efectiva en un estado activo, latente o potencial. Por lo que si no ves la influencia del efecto potencial de lo que comes, no quiere decir que no actué. Es cierto que los Maestros dan gran importancia al estado mental de la persona que prepara la comida, quién te la sirve (quién te alimenta). Decimos que de la manera en la que la mente está (emociones y sentimientos) cuando preparas la comida influye en la persona que la consume, pero esto no es el estado activo en el sentido que no es visible sino que ha sido influenciado por la manera de pensar cuando preparas la comida.
Desde nuestro punto de vista, aquí en occidente, nos parece extraño porque tenemos libertad de pensamiento cuando preparamos comida para los niños o quien sea. En la India tienes que tener el pensamiento en perfecta armonía. Por ejemplo, cuando quieres preparar comida para niños debes tener pensamientos positivos y afectuosos. No es suficiente con pensar en el niño para el que estás preparando la comida, sino que no debes tener sentimientos ni pensamientos que afecten al niño. De alguna manera, es como decir que debes preparar la comida con amor. Porque el niño tiene una especial emoción, que es amor. Por lo que no debes tener enfado, odio o disgusto cuando preparas la comida para el niño o lo alimentas.
De la misma manera que si preparas comida para enfermos o ancianos. De alguna manera es como la vida monacal aquí, tanto si comes en silencio o alguien está leyendo la Biblia, porque ese silencio o escuchar te impide pensar en nada más, y así lo que comes se convierte en puro. No nos referimos a pureza en el sentido de higiene, que es muy importante, sino en pureza de pensamiento. De hecho, es uno de los aspectos más importantes porque no podemos vivir sin comida.
De manera que tienes que comer, pero lo que comes afecta a tu mente, no cómo comes sino lo que comes. Ramanuja da indicaciones que parecen increíbles. Son simples pautas de higiene que cultivan la limpieza física, mental y espiritual en nuestra vida. Como se consideran muy importantes en nuestra vida devocional, he mostrado su importancia. De hecho, muchas normas son útiles en nuestra vida diaria, no sólo en la vida devocional.
Es ahora o nunca
Homenaje a Sri T. K. Sribhashyam
William Altman
Durante su última charla pública en Zinal en agosto del 2017, Sri T. K. Sribhashyam comenzó con la frase “es ahora o nunca”.
Ahora es el presente, y el presente es siempre ahora. El presente es eternamente presente; podría ser su definición. De hecho, el presente nunca puede estar ausente, es la peculiaridad del presente, estar presente indefinidamente. ¿Te has dado cuenta que todo lo que hacemos, pensamos, experimentamos siempre sucede en el presente? No podemos vivir, experimentar, hacer cosas en el pasado o en el futuro. Y aunque todo lo que experimentamos está sucediendo ahora en el presente, difícilmente estamos presentes en este presente. Nos planteamos el presente con toda la carga de nuestro pasado, y con ese pasado nos preocupamos sobre el futuro, y así tratamos de someter el presente a nuestro gusto. Por supuesto que ya no vivimos en sintonía con nuestro presente, no hay lugar para vivir el presente en el presente.
Estamos ausentes del presente porque estamos ausentes de nuestro verdadero ser, ausentes de nuestro ser esencial. Identificamos nuestro ser con elementos efímeros, temporales que cambian constantemente: nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestros deseos, etc. Esta falsa identificación es la verdaderas causa de todos nuestros problemas, nuestras aflicciones, nuestros sufrimientos. Sólo nuestra identificación con nuestra esencia y naturaleza fundamental, nuestra inmutable naturaleza es capaz de sumergirnos en este ahora. Lo que consideramos nosotros mismos, lo que usamos para abordar el presente, es sólo la suma de experiencias, sensaciones, emociones, necesidades, que hemos acumulado. Esta simulación del ser es sólo una sustitución mediocre de nuestro ser fundamental. Por lo que, vemos el presente intentando acomodarlo de acuerdo a nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestras preocupaciones. Vemos el mundo externo de manera parcial, fragmentada. Estas situaciones, estos eventos, estos objetos que vemos en el momento presente sólo se tienen en cuenta (a veces consciente, a veces inconscientemente) si cumplen alguna función. Esta función sólo tiene un objetivo, satisfacer nuestros deseos, nuestros apegos, nuestro ego, nuestras emociones, nuestras construcciones intelectuales, etc. Al igual que nuestro ser está enterrado bajo diferentes capas impuestas por la mente, el presente está enterrado bajo capas de nuestra memoria, nuestros deseos, nuestras expectativas, nuestros apegos, etc. Nuestra mente es sólo una acumulación de experiencias pasadas que se perpetúan según las circunstancias del presente. Al final somos esclavos de un carácter construido desde cero, todos los cimientos en los que están basados nuestros apegos en el pasado, y nuestras proyecciones del futuro. Un carácter construido que cree que es un ser libre de cualquier influencia.
Por lo contrario, enfrentar el presente, sin expectativa, sin anticipación, sin previsión, sin apego, despliega la presencia de nuestro ser. Esta es la libertad suprema: ser, estar unido a nuestro ser, unido al otro, a la situación, al mundo externo, unido a esta fuente que es idéntica en cada uno de nosotros. Y así somos capaces de dar la bienvenida al presente desde la totalidad de nuestro ser. Y en este caso, nuestro presente y nuestra acción en este presente no deja residuo. Sólo esta presencia permanece, y esta presencia es la presencia necesaria en el presente, presencia de nuestro ser esencial, nuestra Divina naturaleza. Y siempre es ahora y si no es ahora no es nunca.
Reflexiones sobre algunos aspectos de la enseñanza de Sri T. K. Sribhashyam
Brigitte Khan
Un amigo –no es estudiante ni practicante de yoga- se encontró con Sribhashyam en un momento, lo suficiente para tener un debate con él. Semanas más tarde, el mismo amigo, inesperadamente me dijo: sabes, no entiendo por qué ni cómo, desde que conocí a Sribhashyam, pienso frecuentemente en Dios, cada día, y esto nunca me había sucedido. La profunda y firme convicción devocional de Sribhashyam era tal que tenía un impacto y tocaba a cualquiera que estuviera en contacto con él. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué era lo que le permitía a Sribhashyam alcanzar la mente y el corazón de la gente con tanta facilidad y plantar la semilla de lo que les permitiría –si lo deseaban y hacían el esfuerzo necesario- para alcanzar, de manera sutil, los cambios más importantes en sus vidas?
Cualquiera de los temas de las conferencias de Sribhashyam, sus explicaciones nunca eran meramente teóricas o intelectuales, siempre eran prácticas.
Solía dilucidar las nociones y conceptos que enseñaba tomando directamente ejemplos de la vida diaria de todos nosotros. Ilustrando y ejemplificando un concepto filosófico cogiendo episodios de nuestras experiencias diarias, usando situaciones en las que nos enfrentábamos con regularidad, nos permitía comprender completamente el concepto por que lo podíamos poner en relación con nuestra propia vida. Al mismo tiempo este enfoque también nos ofrece un acceso práctico para aplicar cambios en la vida misma. Sólo cuando puedes relacionar un tema a tu propia experiencia, puedes comprender completamente su impacto en la vida.
A través de este enfoque práctico Sribhashyam nos dirige hacia un factor más importante que entender un concepto, aprender de él y progresar: observando y posteriormente reflexionando sobre lo que hemos observado. Sólo cuando nos observamos a nosotros mismos en la forma de ser, comportándonos y actuando entenderemos cómo nuestro ego nos atrapa, cómo nuestros deseos nos controlan, cómo confundimos realidad e ilusión, etc. Señalando los posibles obstáculos y cómo superarlos nos muestra la luz en el sendero.
Reflexionando en lo que hemos observado, comparando y enlazándolo con las aclaraciones de Sribhashyam es el comienzo del cambio práctico, el progreso potencial y la subsecuente transformación.
Éste fue siempre el deseo de Sribhashyam, que nuestro enfoque devocional debía continuar más allá de la presencia física con nuestro Profesor.
Con paciencia y lleno de compasión nos preparó para esto. Los “instrumentos”, la “caja de herramientas” y el “manual de instrucciones” que nos había facilitado a través de sus enseñanzas son de naturaleza práctica y duradera, y continuarán iluminando la dirección a tomar mientras las apliquemos, después de la debida observación y reflexión.
Continuará…