Pregunta de Steve Brandon a Sri T. K. Sribhashyam.
7) En la presentación en Moksa-Marga menciona que el hecho de que los humanos no estén contentos y que experimenten insatisfacción incluso cuando poseen abundancia material. Por lo que hay una insatisfacción Divina, Bhakti pág. 76. ¿hay alguna manera de que nos pueda explicar estos dos tipos de insatisfacción?
Bien, el primero es comprensible y siempre lo tenemos. Cuando no consigues lo que esperas estás disgustado, tanto si es material como emocional. Podemos estar disgustados emocionalmente porque esperamos cierto tipo de respuesta emocional y no la conseguimos, por lo que estamos disgustados. Esto es nuestra vida diaria, está llena de disgustos porque nunca estamos satisfechos con lo que conseguimos. Esto es un principio fundamental del deseo y la insatisfacción.
El otro es, como dices, insatisfacción divina. Esto es, a veces, esperas algo de este ser divino. Haces algo, rezas, meditas, dice Oh Dios, y esperas que esa oración o meditación te devuelva algo. Lo que esperas es algo material o en la vida material, no en la divina o vida espiritual. Quiero que me salga bien el examen, o quiero que me vaya bien en la entrevista. Queremos satisfacción y pensamos que el poder Supremo nos ayudará, y nos damos cuenta de que no nos ayudó. No es que no tenga nada ver con lo que hacemos. No estoy contento porque, diría, Dios no me ayudó. Por lo que esto es la insatisfacción divina. Hay otro tipo de insatisfacción divina. Tienes tu propia idea de lo que es Dios, lo que Dios es para ti. Con ese concepto, con esa idea, realizas algunas acciones para estar más cerca de él. Rezar, meditación, silencio, lo que se. Después te das cuenta de que no conseguiste la satisfacción que esperabas. Todo lo que te aportó las oraciones y la meditación no era lo que esperabas. No en la vida material, en tu propia visión de Dios, y estás insatisfecho porque sólo serías feliz si la oración y la meditación te hubieran dado lo que esperabas. La mente es muy sutil, eso que esperas puede denominarse mente consciente, la primera capa de la mente dice quiero ver a Dios así, o mi mente será así con Dios. Y cuando lo haces, hay algo más. En la India decimos es un juego de Dios.
Ves, invocas a Dios con la imagen, con la idea que tienes de Dios, y lo consigues. A lo mejor no de nuevo. Decimos es juego de Dios el ver tu insatisfacción de manera que profundizas. Damos nuestra idea de Dios y puede que esta idea no aparezca en nuestras oraciones o meditaciones. Por lo que nos disgustamos un poco. Esto es insatisfacción divina. Podemos hacer esta entrevista y no estar satisfechos con ella o con lo que conseguiste con ella. De cualquier modo es nuestra. La insatisfacción divina tendrá un efecto más profundo que la insatisfacción material. Evita la insatisfacción espiritual. Te lo dije, tienes paz mental y luego pones insatisfacción, y esa insatisfacción se hace permanente. Esta es la razón por la que decimos que hay que evitar la insatisfacción divina. Simplemente recibe lo que consigues cuando rezas, cuando invocas, no des una definición de lo que quieres. De lo contrario es hacer de Dios un objeto material. Simplemente mantente receptivo sin expectación, sin ningún parámetro.
Publicada en el newsletter de Yoga y Harmony
Reflexiones en algunos aspectos de la enseñanza de T. K. Sribhashyam (2).
Brigitte Khan
Mediante un enfoque práctico Sribhashyam nos dirigió hacia un factor importante que se requiere para entender un concepto, aprendiendo de él y progresando: esto es la observación, la reflexión subsecuente de lo que hemos observado, y conectándolo con los estudios y explicaciones dadas por el Maestro.
Uno de los elementos claves para aprovechar y utilizar de manera eficiente –no sólo en yoga si no también en la vida cotidiana- es el funcionamiento de la mente.
La mente, su armonía y los factores que llevan a la pérdida de la paz mental es uno de los temas intrigantes que nos llevan a una intensa observación y reflexión.
Estamos en contacto y vinculados con el mundo y la vida que nos rodea a través de nuestras percepciones sensoriales. De manera incesante, nuestros ojos, oídos, nariz, gusto y sentido del tacto nos proveen de información que es recibida, analizada y procesada por la mente.
Lo que parece rápido y simple, casi una función instantánea de la mente –por ejemplo que algo que veas, oigas, huelas, saborees o toques te guste o te disguste- es de hecho un elaborado y constante juego de múltiples elementos.
Lo que llamamos “mente” (manas) es una combinación del receptáculo que recibe la información de las percepciones sensoriales, el intelecto (buddhi) que analiza la información, le da nombre, forma, etc., y el ego (Ahamkara) que sitúa al objeto en relación a nuestra existencia. La función del ego, es tal vez la más sutil y el jugador más oculto de este equipo de tres.
¿Por qué en el momento en el que percibimos un objeto, lo categorizamos y lo nombramos?
Sólo somos capaces de nombrar un objeto basándonos en nuestra experiencia y esta experiencia está vinculada a nuestra propia existencia. Por lo tanto, cualquier objeto que podamos nombrar y categorizar nos afirma en nuestra existencia.
Esta es la función del ego.
Si nos enfrentamos a un objeto que no conocemos, tratamos plenamente de encontrar similitudes y paralelismos con cosas que conocemos. Esta maniobra es promovida por nuestro ego y muestra la manera que imponemos nuestra identidad a una cosa. El objetivo es buscar una confirmación de nuestro ego y por lo tanto de nuestra existencia.
La mente, el intelecto y el ego son un equipo; un equipo en armonía y equilibrado consigue una mente equilibrada, tranquila y estable. Es la importancia equilibrada que le atribuyamos a cada uno de los tres lo que determinará si la mente está en paz o no. Muy frecuentemente el ego tiende a dominar al equipo y eso perturba el equilibrio. Y lo que es más, hay un elemento importante que está oculto y que merece nuestra observación también: en el proceso rápido de reconocimiento de los objetos por su nombre y forma, la memoria es la que nos permite hacerlo, basada en experiencias pasadas y que está vinculada a los valores atribuidos anteriormente al objeto y que se aportan a la experiencia. Mirar a una flor es una ejemplo sencillo: cuando vemos una rosa, la asociación de la flor rosa con la emoción del amor y los valores atribuidos están presentes en cada momento en el que la llamemos rosa. Es un ejercicio cautivador observarnos en relación al funcionamiento de estos procesos de la mente y entender cómo contribuyen a la limitación y al condicionamiento de nuestra percepción cara a cara.
Por otro lado, reflexionar sobre las observación hechas nos ayudará a comprender las consecuencias del deseo sin fin de impresiones sensoriales y la resultante invasión, ocupación y por lo tanto limitación de la mente. Resulta evidente por que hay una necesidad de “vaciar la mente” si queremos reflexionar sobre lo que hay más allá del nombre, forma, materia y fuera del alcance de las actividades sensoriales. Sribhashyam nos ha enseñado de manera incansable y con enorme paciencia y sabiduría los utensilios y los medios para educar y dirigir la mente de una manera que nos permita percibir lo que está más allá de este mundo material, más allá de las limitaciones del nombre y la forma y que no se puede percibir a través de los sentidos.
Usando ejemplos a los que nos enfrentamos cada día nos ha ilustrado de manera sencilla y comprensible las múltiples facetas y varios aspectos de la mente.
Por lo que Sribhashyam nos hizo comprender la importancia inmensa y la acción profunda de la mente de dos antiguos regales dados a la humanidad: uno es la concentración (Dharana) y otro la meditación (Dhyana). Dharana y Dhyana son los soportes necesarios e indispensables para que la mente se deshaga de sus limitaciones y cumpla su tarea actual y definitiva: reflejar la Realidad detrás de todo, el Creador.
Continuará.
Paz y armonía
Patrice Delfour
Traducido del francés por Marilyn Koan y Sarit Mashal
Ha sido nuestro deseo rendir homenaje a Sri. T. K. Sribhashyam (hijo de Sri. T. Kishnamacharya) y a sus enseñanzas. El yoga era un compromiso real para él y una práctica diaria. Estaba completamente dedicado a su ciencia y había prometido transmitir toda su riqueza, con el deber de acompañarnos en la búsqueda de la Felicidad absoluta. Por eso en este artículo, fielmente, hemos elegido hablaros sobre la Paz y la armonía, el asunto en el corazón de la filosofía del Yoga y en el corazón de todos los hombres…
PAZ
A nivel personal, paz significa un estado de calma y tranquilidad, sin perturbación, agitación o conflicto. Socialmente, paz es la armonía entre individuos que forman un grupo. Que aunque no implica ausencia de conflicto, significa encontrar una solución a las dificultades de las relaciones.
Psicológicamente, paz se refiere a un estado sereno, entusiasta y positivo. Espiritualmente, sin dar ninguna definición aún (ver el siguiente párrafo), permítanos citar la expresión “la paz sea contigo” o “descanse en paz” para ilustrar el tema.
En la filosofía india paz es el estado que todos poseemos al nacer y es el estado que todos estamos buscando para encontrarlo de nuevo. (Los Yoga sutras lo llaman samadhi: sama= igual, lo mismo, adi= origen). En los Yoga Sutra (tratado/recopilación de la filosofía de yoga s. VI), Patanjali explica que el nacimiento de la mente es el comienzo de un torbellino de imágenes y pensamientos. Por esto, en el segundo Sutra, Patanjali expone el principio fundamental: “Chitta Vritti Nirodha” (el cese de los movimientos de la mente), la paz de la mente. Esta gran calma debe permitir a la mente dar la bienvenida al pensamiento más supremo, digamos el absoluto, Dios o el Creador (denominado “Purusha” en los Yoga Sutra). La paz del alma, antes del descanso eterno, es cuando la mente no ya no refleja el mundo que nos rodea sino a Purusha.
El alma es esa chispa de la vida, el principio vital que nos anima, y que se extingue, según algunos, después de la muerte, o que va al cielo, al purgatorio o al paraíso para los Cristianos, o que continúa su ciclo de muerte y renacimiento según la teoría hindú del Karma. Del latín la palabra anima (animado) (1) que anima a la psique y por extensión lo que anima a cualquier elemento natural, por ejemplo una montaña (de ahí la palabra animista). En la muerte el alma abandona el cuerpo y este queda inerte. El alma en la filosofía india es eterna. La búsqueda de paz del alma marca el fin del ciclo de renacimiento, lo que implica una búsqueda para la mente en paz.
ARMONÍA
Entre otras cosas la paz es la ausencia de conflicto puesto que estamos plenos con Purusha. Esta ausencia de conflicto corresponde a la armonía. Para estar en armonía hay que tener buenas relaciones, llevarse bien, estar de acuerdo con otras personas o con nuestras diferentes tendencias y aspiraciones, al igual que con nuestro entorno. “Mirar juntos en la misma dirección” escribió Saint-Exupéry.
Considerar este pequeño problema diario por un momento: ¿perder peso o comer un pizco de chocolate? ¿preocuparme por mi salud o sucumbir al placer del gusto? ¿seré capaz de resistir la tentación o prefiero el placer inmediato? Una solución podría ser encontrar un deseo mayor que abarque este conflicto de expectativas. En nuestro ejemplo podría ser el deseo de vivir más para así buscar y encontrar la paz duradera…
La búsqueda por la verdadera armonía en Yoga es la búsqueda por los más grandes deseos, el deseo primordial que anima al alma desde su primer nacimiento, esto es, retornar al estado antes de nacer (¡al deseo que será satisfecho por nuestros sucesivos deseos!). Liberarnos de nuestros apegos… En la filosofía del Yoga encontrar la armonía es estar de acuerdo con el deseo de uno mismo para encontrarse en Paz, y así satisfacer todas nuestras expectativas. Pero debemos ser prudente: “deseo” no significa “encontrar” armonía. “Encontrar armonía” significa “encontrar armonía en la vida diaria”. La búsqueda espiritual, más allá de la práctica matutina, es un compromiso constante. La armonía es por lo tanto encontrar en nuestras expectativas, nuestras emociones, con nuestra familia, nuestro entorno, entre lo que decimos y lo que hacemos…
LOS FACTORES QUE AFECTAN A LA PAZ Y LA ARMONÍA
¿Por qué es tan difícil encontrar la paz? ¿por qué tenemos estos incesantes torbellinos mentales? ¡Esta es la naturaleza de la mente! En cuanto enciendes la radio, transmite continuamente (lo que nosotros no tenemos es el botón de “silenciar” todo).
Nuestros sentidos están orientados hacia fuera. Constantemente capturan millones de bits de información que la mente procesa y analiza continuamente. Incluso durante la noche sigue. Los sueños son un buen ejemplo.
Entonces, ¿encontrar la paz es antinatural? Permítanos tener en mente que la filosofía india es sostenida por el ciclo de renacimientos. Es el alma la que transmigra de un cuerpo a otro en búsqueda de la liberación de este ciclo.
La filosofía nos dice que no es necesario esperar hasta el final de este ciclo para conseguir la liberación, y por lo tanto no es antinatural buscar en esta misma vida la paz del alma.
¿Por qué es tan difícil encontrar la armonía? ¿Por qué estos conflictos internos (con nuestros deseos) y externos (con nuestro entorno)?
Por que el disfrute del mundo que nos rodea está enmarcado por la ambición en un lado y la aversión en el otro. El problema es que como el placer es temporal tratamos de repetir todas las experiencias placenteras y escapar de todos los eventos desagradables. Aquí también, estamos hablando de la naturaleza de los seres humanos. Placer, aversión, ambición, (las tres categorías principales de emociones según Patanjali) están vinculadas todo el tiempo (queremos a nuestro gato, lo ahuyentamos, lo llamamos de nuevo).
Además de eso, vivimos de nuestros logros y evocamos cada experiencia basados en las anteriores (lo que dirige nuestras decisiones hacia ambición/aversión). Es como si tuviéramos filtro que nos previenen de ver todo con un ojo fresco. Por un lado, grabamos nuestras propias reacciones, y por otro grabamos los condicionamientos familiares, sociales y culturales (sin mencionara karmas previos). Con estos modelos que residen en nosotros, vemos una realidad sesgada, a través de una capa de deseos e interpretaciones pasadas, internas y externas. Por lo que es difícil encontrar la raíz de nuestro deseo primordial, la armonía de nuestro nacimiento; para encontrar la paz hemos olvidados, que está escondida. Es una búsqueda que nos parece imposible y el tesoro ya está en nosotros, pero incluso la experiencia primordial ya no es accesible.
MEDIOS PARA REDESARROLLAR PAZ Y ARMONÍA
¿Cómo encontrar paz y armonía? ¿cómo luchar entre los torbellinos de la mente por un lado y las tensiones emocionales por otro? La filosofía del yoga permite una modificación del terreno mental. Este es todo el papel que juegan las meditaciones y contemplaciones (Dhyana): preparar la mente de manera que permita recibir algo que es diferente. Esta es la contemplación que traerá paz.
Dhyana ayudará a reducir el conflicto mental trabajando en abrir la mente –cuanto mayor sea el espacio más probable que reciba una emoción llena de paz. Una emoción de irritación, por otro lado, cerrará la mente. Sólo el sendero del contentamiento ofrece la apertura necesaria. Por ejemplo cuando estamos enfadados, nos concentramos en ese enfado (y de ahí la dificultad de alterar este estado); nada más puede penetrar en nuestra mente. Cuando estamos felices hay espacio suficiente para recibir otras experiencias.
Dhyana modifica el terreno haciéndolo incompatible con la agitación. Más precisamente, Dhayana consiste en mantener un “objeto” en el campo de la mente, un objeto que no despierte ninguna imagen o estimule ningún pensamiento. Que la única experiencia posible entonces sea estar en Paz, o Purusha. Dhyana elimina (temporalmente) todas las conexiones que nos atan al mundo fenomenal (desapego): elimina los filtros que usamos para percibir el mundo, elimina la ambición y la aversión.
Usa la mente de forma diferente para pensar diferente…
(1) Nota del traductor: Esto solo concierne a los idiomas donde la palabra alma proviene del latín.