Entrevista con Sri T. K. Sribhashyam
Por Stephen Brandon
Publicado en el boletín de Yoga & Harmony
En sus libros, menciona que su madre representaba una filosofía de vida a la familia. ¿Podría compartir algo sobre la vida de su madre y su influencia en usted?
Yo era muy hablador y curioso, solía preguntarle muchas cosas. Ella era muy receptiva a mis preguntas. Por las noches, nos sentábamos afuera en el jardín de la nuestra casa y hablábamos, solíamos hablar de cómo vivía con mi padre, como eran sus vidas cuando eran jóvenes, sus viajes, etc. Así fue como aprendí mucho sobre las enseñanzas de mi padre, sus discursos, su participación en debates filosóficos, su estilo de vida y el estilo de vida de mi madre y como ella aceptó su modo de vida. Económicamente, no eran muy ricos, mi padre no tenía mucho interés en ganar dinero, pero tenían un patrimonio de conocimiento.
Tengo un gran respeto hacia mi madre porque le debo mucho por ayudarme a entender lo que mi padre estaba enseñando. Como yo vivía con mi padre, nunca encontré la diferencia en lo que enseñaba, esto es algo que admiraba en él en comparación con otros Maestros de Yoga que predican una cosa y viven otra. Mi padre vivía lo que enseñaba. Como su mujer, mi madre seguí sus enseñanzas. La razón por la que la llamo una gran filósofa es porque nos enseñó a vivir siguiendo los principios de mi padre teniéndola simplemente como un ejemplo.
Durante sus clases de Vedanta o de Bhagavad Gita, mi padre me aconsejaba a mantener en mente lo que mi madre aplicaba en la vida de lo que él nos enseñaba. En toda mi vida, encontré a mi madre como un buen ejemplo de la enseñanza de mi padre. Pero ella no está en la vanguardia, por ello me refiero particularmente teniendo siempre unas palabras para ella, porque es la naturaleza india que la mujer de la familia siempre esté a la sombra. En la vida de mis padres nunca la vi en la sombra porque mi padre nunca hacía nada sin el consejo de su mujer.
¿Qué es lo bueno de esta enseñanza si no sabemos cómo aplicarlo? Lo encontré en mi propia casa, tenía alguien que lo aplicaba. Y debía aprovechar esta oportunidad. Por esto siempre le doy importancia a mi Madre.
Homenaje a Sribhashyam
Por Guillemette Durdan
Extraído de las notas del curso (18 de Enero de 2014)
Traducido del francés por Marilyn Koan y Sarit Mashal
El concepto de filosofía en la India tiene un significado diferente en Occidente. Mientras que en Francia, se asocia al razonamiento con la lógica del lenguaje, la finalidad en la India es una comprensión y conocimiento de el Alma y Dios.
Del mismo modo que tenemos familia, vida social y profesional, también tenemos una vida devocional. Tiene que ser parte de un estilo de vida íntegro. Al igual que le dedicamos tiempo a mi familia, a mis amigos, a mi profesión, también dedico tiempo a mi vida devocional. La conciencia de Dios es un valor ético que sin embargo no puede ser materializado.
En Francia, este tiempo casi ha llegado a ser un tiempo apartado: cuando nos dedicamos a nosotros mismos a la espiritualidad nos mantenemos aparte. Este tiempo ha llegado a separarse de la familia, y de los sectores sociales y profesionales: se ha convertido en un aspecto tabú, separado, que, sin embargo, vivimos diariamente. Hemos amputado deliberadamente una parte de nuestra vida, una parte indispensable de nosotros. Y esto genera muchos desequilibrios.
También en la India, la transmisión de la filosofía india tiende ha convertirse en una cuestión de lógica, muy intelectual, sin haber ninguna conciencia profunda del Alma. Preferimos hablar del Ser antes que del Alma, aunque este concepto implica más al Ego. Pero no puede haber vida espiritual sin unas ciertas bases.
En el pensamiento indio, la muerte es inevitable para todos y nunca se niega. No podemos evitar la muerte al igual que no podemos evitar el nacimiento. Esta vida material no es permanente. Todos tenemos certeza de esto hecho: vamos a morir.
En Occidente, cultivamos un umbral que nos blinda de la muerte. Hay una cosa de la vida que debemos evitar a toda costa: esto es la muerte. Aunque presenciamos la muerte a diario. Pero el hombre no quiere morir. Sin embargo, un niño debe entender que la muerte es inevitable.
Nuestra completa existencia es inseparable de la consciencia de Dios y esto es algo que no podemos negar nunca. La existencia de un ser divino es nuestro soporte fundamental. Negarlo es como negar la existencia de la bóveda celeste sobre mi cabeza, o la tierra sobre la que caminamos. Dependemos de algo que está más allá de nosotros y de cuyo soporte necesitamos constantemente.