EL OBJETIVO PRINCIPAL DEL YOGA
El objetivo principal del yoga es hacer a la persona sátvica. Para entender bien este aspecto filosófico, antes tenemos que saber un poco de teoría, principalmente debemos conocer los gunas, cómo operan en nosotros y qué tiene el yoga para equilibrarlos.
Los gunas (por definición=hebras) son las características fundamentales que forman todos los aspectos de la naturaleza. Según la filosofía Samkhya la naturaleza está compuesta por tres características fundamentales: rajas, tamas y satva. Todos necesitamos de un poco de cada uno, se pone el ejemplo de una lámpara de aceite que necesita el envase, el aceite y la mecha para producir la llama.
Rajas hace referencia a la energía. Esta característica predomina cuando estamos activos, enérgicos, no paramos quietos, estamos de subidón, podemos con todo lo que se nos ponga por delante, cuidadito con nosotros… En la naturaleza la hora del día que es más rajásica es el medio día, cuando el sol está en su zenit. Mientras que el momento sátvico del día es el amanecer con su claridad y tranquilidad, y el momento tamásico es el anochecer. Nuestros biorritmos van con los gunas de la naturaleza, y cuando no es así hay un problema. Si por las noches no estoy cansado (sin exceso de rajas) no podré dormir, y si por las mañanas no estoy descansado (sin exceso de tamas) no podré hacer cosas y ser productivo. Si eres de los que cuando suena el despertador por las mañanas lo apagas para que suene 10 minutos más tarde, incluso lo haces varias veces, sabes que te invade tamas. Si cuando suena te levantas como un tiro y empiezas a funcionar a pleno rendimiento te invade rajas, y si cuando suena te levantas tranquilo y vas poco a poco y con tranquilidad poniendo en orden tu día a día, entonces satva es tu guna. Necesitamos los tres gunas, pero en determinados momentos necesitamos que uno de ellos prevalezca sobre los otros dos (si quieres saber más sobre esto debes estudiar el Samkhya Karika). Si no hubiera rajas no podríamos ser una sociedad tan activa, haciendo tantas y tantas cosas cada día. La sociedad de hoy en día es rajásica, la mayoría de la gente que comienza un proyecto, un cambio en la vida, se hace yogui, runner, se apunta a actividades sin parar, cuando termina un proyecto comienza otro, discute sin parar, se enfrenta a todo tipo de situaciones… Ya me entendéis.
Tamas es la materia, la pesadez, la inercia, la ausencia de movimiento, de cambio, acomodarse, apoltronarse, nos sentamos en el sofá y esperamos que las cosas cambien por si solas, no tenemos energía, no pensamos con claridad, nos quedamos dormidos fácilmente, no tenemos el mínimo interés en las cosas, seguimos igual… estos son comportamientos con el predominio de tamas.
Satva es la claridad, la ligereza, la tranquilidad, la calma, la comprensión, cuando entendemos algo que requiere mucha agilidad y concentración, cuando aceptamos las situaciones con sabiduría, cuando podemos elegir cómo reaccionar ante un suceso sin apresurarnos, cuando disfrutamos plenamente de una situación, cuando hay un estado de bienestar. En los gunas también influye la alimentación, te recomiendo ver el yoga y la alimentación.
De las tres claramente satva es la más preferible, pero en el día a día, todo pasa por diferentes momentos en los que predomina más una que otra. Todos tenemos un momento de pereza, tristeza o depresión en algún momento del día; y también un momento de venirnos arriba, de estar estresados, corriendo, activos aunque sea puntualmente; y todos también tenemos algún momento de tranquilidad y claridad.
Pero muchos de nosotros somos predominantemente Rajásicos, Tamásicos o Sátvicos, con pequeños momentos en los que predominan los otros dos gunas. Puedo ser tamásico, todo el día con un pequeño bajón, un poco apagado, sin ganas de hacer mucho, aceptando la vida, y puntualmente me animo, o me estreso o incluso tengo algo de claridad y de profunda calma. Y también puedo ser una persona predominantemente rajásica, con mucha energía, haciendo un sin fin de cosas, ocupado de un montón de gente a mi alrededor, y puntualmente con un pequeño momento de desgana o de bajón y algún momento de calma y de tranquilidad.
Ahora que ya entendemos un poco los tres gunas, vamos a explicar cual es el objetivo del yoga. El objetivo es hacer a la persona predominantemente sátvica, que el estar tranquilo y en calma no sea algo puntual en su vida. Sino al contrario, que la mayor parte del tiempo la persona esté tranquila y con pequeños momentos de bajón o subidón, de estrés o decaimiento, pero la mayoría del tiempo tranquilo, y con claridad para entender y tomar decisiones acertadas. ¿no desearías este estado la mayor parte del día?
Si tu respuesta es sí, ahora necesitamos saber cómo. Y ese cómo es el yoga. He dicho antes que el yoga es convertir a la persona rajásica o tamásica en una persona sátvica. Por lo tanto, el yoga es la transformación de la persona, no sólo a nivel físico y fisiológico, sino sobre todo a nivel mental, a nivel del sistema nervioso. Esa capacidad de transformación del sistema nervioso, que hoy en día la neurociencia ha demostrado científicamente que está sucediendo cada día en nuestro cerebro, es lo mismo que el yoga definió en su método hace miles de años: la persona puede cambiarse a si misma. Para saber cómo hacer esto, es necesario conocer el método de yoga.
Tenemos que diferenciar dos aspectos sobre los que vamos a trabajar en esta transformación. Por un lado el cuerpo físico y la mente, o lo que a mi me gusta referirme como el sistema cuerpo-mente. El sistema cuerpo mente se puede transformar como es sabido a través de la gimnasia y el trabajo intelectual, entonces no es nada nuevo, «mens sana in corpore sano». El yoga tiene varios angas (partes) encargadas de transformar la influencia de los gunas sobre el sistema cuerpo-mente. Primero las asanas (posturas), el yoga dice que reducen el exceso de rajas. Por lo tanto si soy una persona rajásica debo practicar asanas para reducir el exceso. Segundo, si soy una persona tamásica el yoga dice que tengo que practicar pranayama (respiración) para reducir el exceso de este guna. De esta manera, una vez que consiga reducir el exceso de estos dos gunas, menos preferibles (en general) (1), entonces se supone que va a predominar el guna satva. Ahora, que el guna que predomina es satva, sólo tengo que fortalecerlo.
Por otro lado, el método para fortalecer el guna satva según el yoga, es la meditación. Pero si no estoy tranquilo no podré meditar, necesito primero estar calmado para poder concentrarme. Si estoy agitado mi mente irá de un objeto a otro, si estoy cansado me dormiré. Entonces ya tenemos un esquema claro y sencillo que todos entendemos y que todos podemos poner en práctica. Una vez que sé qué guna predomina en mi, ya sé que tengo que hacer, y poco a poco fortalecer el guna más preferible, satva, para ser una persona más tranquila y con más claridad. Es tremendamente sencillo, no hay que meterse en líos mentales ni nada parecido, sólo tenemos que entender los gunas y cómo operan, para así poder identificarlos en nosotros mismos y saber cuando predomina uno u otro.
Este es el gran poder del yoga, a parte de la transformación física del cuerpo a través del ejercicio físico, el yoga tiene la certeza de que la persona puede transformase a si misma, el sistema nervios puede transformarse a si mismo. Cada día que me levanto y hago lo mismo lo que consigo es fortalecer las conexiones sinápticas que perpetúan un comportamiento y unas respuestas, pero si cada día cambio, mi cerebro cambia, crea nuevas conexiones, esto no lo digo yo, lo sabe la neurociencia y los estudios sobre la plasticidad del cerebro. Lo que los yoguis definían como samskaras, impresiones, no son más que las sinapsis reales que se conforman o dejan de realizarse en nuestro cerebro. Un ejemplo muy gráfico y que vemos en todas las ciudades, es cuando hay un pequeño jardín o zona verde que se interpone en un cruce y la mayoría de la gente empieza a cruzar por donde no se debe, con tal de no andar unos metros más hasta el paso de peatones. ¿qué pasa al cabo de unos días o meses? Que la zona verde desaparece y aparece un sendero de tierra. La fuerza de la rutina, el pisar día tras día crea un sendero. ¿Pero si de repente ponen una valla? Pues que poco a poco la hierba se va recuperando. Esta es la verdadera y nada nueva capacidad del hábito o la práctica constante desde un punto de vista más técnico. Todo en la vida es hábito: comer saludable o comer comida basura, acostarme pronto o quedarme hasta tarde con el móvil, fumar o no fumar, y así con todo. Los hábitos nos encantan y nos hacen la vida más fácil y cómoda. Pero hasta que un hábito se consolida requiere mucho esfuerzo.
Resumiendo, que todos podemos cambiar, sólo necesitamos un esfuerzo inicial intenso hasta que el hábito se ha consolidado, luego es mucho más fácil mantenerlo. Ahora bien, tanto en el yoga como en muchos otros aspectos de la vida, la clave está en elegir buenos hábitos y eliminar los que no nos interesen.
Si soy habitualmente una persona rajásica o tamásica, el yoga y también la neurociencia confirman y aseguran que puedo ser una persona sátvica, sólo necesito saber cómo (ya lo he explicado) y hacerlo.
Según el Bhagavad Gita, el libro de cabecera de la mayoría de las casas de la India, dice que “Si eres una persona apagada o débil, empieza a hacer algo, sal de ese molde y comienza a ser activa. Si ya eres una persona activa, entonces conviértete en una persona cada vez más contemplativa.”
Lo que dice el Bhagavad Gita es que para llegar a un estado sátvico, hay que pasar necesariamente por un estado rajásico. No podemos pasar directamente desde un estado tamásico. Para cualquier cosa en la vida, hasta para alcanzar la iluminación, se necesita energía (rajas). Por lo tanto, el proceso sería el siguiente: desde un estado de tamas necesitamos generar energía, empezar a hacer cosas, y cuando ya estemos activos o Rajásicos, aprender a estar tranquilos o sátvicos.
Mucha gente sedentaria de repente un día comienza a ser activa, se apuntan al gimnasio, o a la última moda porque le influye algún amigo. El running por ejemplo, está muy bien. Muchas personas han empezado o retomado el ejercicio físico y el deporte, han dejado de ser tamásicas y han comenzado a ser activas o rajásicas. Pero eso no es suficiente, es mejor que ser sedentario, que seguir en el sofá, pero no es suficiente, ni lo mejor que la persona puede hacer. Hacer deporte es mucho mejor que no hacer nada, pero es mejor saber lo que más beneficio le aporta, no sólo a unos grupos musculares o al sistema cardiovascular.
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El yoga tiene muchas técnicas para mejorar la salud de todos los grupos musculares y demás sistemas fisiológicos y sin el olvidar el trabajo mental de la meditación. Cuando termino la meditación debo saber cómo ha sido ese tiempo: la mente estaba agitada, cansada, distraída, o muy concentrada. Tengo que ver qué guna predomina y ver si se van produciendo cambios en el modo de operar de la mente, si se va calmando o no, si va despertando o sigue estando sin energía… Así sabré qué debo de incluir en más o menos proporción en mi práctica, más asana para reducir rajas, más pranayama para reducir tamas, o más meditación para fortalecer satva.
Pero claro, por mucho que yo practique asana, pranayama y meditación para favorecer el guna satva en el sistema cuerpo-mente, no vivimos aislados. Y todo a nuestro alrededor también se compone de los tres gunas. Por ejemplo, lo que comemos puede ser más rajásico como el café o el azúcar, o tamásico como una comida que nos impide seguir con una vida normal después de comer, indigestión, pesadez… Los entornos pueden tener mucho rajas, que se lo pregunten a los que tienen niños a su alrededor, o por el contrario entornos con mucho tamas, donde la gente está deprimida, atascada en pensamientos, en hechos pasados… A lo que quiero llegar es que, aunque tengamos técnicas físicas, fisiológicas y mentales para reducir ciertos gunas y fortalecer otros, estamos en un entorno familiar, social o profesional que también nos influye, a veces aportando rajas, tamas o satva. Termino mi práctica de yoga con calma y tranquilidad, sintiéndome predominantemente sátvico, pero el entorno que me espera, consciente o inconscientemente me agita o me deprime y todo el efecto de la práctica se diluye, se desvanece. ¿Qué puedo hacer?
El yoga también lo tiene en cuenta, entiende a la persona como un sistema cuerpo-mente en un entorno social y natural. Hoy hace frio, llueve, qué mal día, qué deprimente. El entorno tamásico me afecta. Voy a trabajar, pillo un atasco, porque como llueve todo el mundo coge el coche, que estrés, que cabreo me pillo, la gente no respeta el ceda al paso, me pongo de los nervios, me invade el guna rajas. Y esto es así de por vida. Vivimos en un entorno y nos influye. Si a pesar de hacer todos los intentos por fortalecer el satva guna y ser una persona más tranquila y con claridad, el entorno te hace una y otra vez cabrearte o deprimirte, entonces tienes que ver tu relación con el entorno.
Este aspecto se describe en yoga en los yamaniyamas. Una especie de código ético o de conducta. Que además del tiempo que paso conmigo mismo practicando asanas, pranayama y meditación, me permite ser consciente de mi relación con el mundo exterior y conmigo mismo el resto del día. De manera rápida mencionaré cuales son los yamas y niyamas en los que se basa el yoga.
Los yamas, son conductas universalmente positivas, como nuestros valores:
1.- La no violencia. El primer yama y el más importante, es el motivo por el cual muchos yoguis se hacen vegetarianos o toman una conducta más respetuosa con los demás seres vivos.
2.- Decir la verdad, sin hacer daño. Para decir: qué mal te queda ese peinado… estás más gordo…, mejor callar. Pero no esconderse tras la mentira, eso no puede darnos mucha calma mental, eso creo yo.
3.- No robar. aunque parece que es un valor que está de moda en la sociedad.
4.- No acumular. Muy difícil hoy en día, tenemos de todo a un clic de distancia, los mejores psicólogos trabajan en publicidad para generar mantras que se instalen en lo profundo de nuestro cerebro y nos impulsen a consumir sin tener una verdadera necesidad…
5.- Respetar la relación del matrimonio. Si estamos con una persona, la queremos por tanto la respetamos íntegramente.
Respecto de los niyamas, son conductas más personales:
1.- Tapas o el esfuerzo para cambiar. Someter algo a un esfuerzo para que haya una transformación. Este aspecto también hace referencia como nuestra capacidad de moderar lo que comemos, no sólo alimentos sino todo lo que nos llega a través de los sentidos. Los sentidos si no tenemos control sobre ellos, son ellos los que controlan la mente. Qué olor más rico, uhm, me apetece este pastel. Oh, que bonito, voy a entrar a probármelo a ver que tal me queda…
2.- El contentamiento. Ser capaz de estar contento independientemente de la situación y el lugar. Es que yo en casa tengo el termostato a 25 grados y aquí hay 22, qué frio. O, es que yo cuando practico tengo medio metro de espacio entre cada esterilla y aquí hay 10cm. Y así con todo, tenemos un margen muy pequeño de tolerancia, nuestro confort interno o espacio mental depende de pequeños cambios externos.
3.- La limpieza del cuerpo físico de forma externa e interna. Una higiene lógica, pero también, elegir alimentos saludables o satvicos, que aporten muchos nutrientes de calidad y sean fácilmente digeribles.
4.- El estudio. Como en todas las profesiones y carreras, todos hemos estudiado y seguimos haciéndolo. La teoría y la práctica deben ir juntas. Como yoguis debemos estudiar y conocer la ciencia del yoga. Estudiar textos espirituales que hablen de quienes somos desde un punto de vista más filosófico, aprendiendo de los sabios y maestros.
5.- La idea de Dios. Aunque siempre se ha tratado de separar el yoga de la religión, cuando se habla de los yamaniyamas de Patañjali, Isvara es Dios. ¿Qué significa esto? ¿qué si no soy creyente no puedo practicar? No. Que si eres creyente lo tienes mucho más fácil, nada más. Es como cuando vamos por la autopista y llegamos al peaje, y hay a la derecha dos barreras que no hace falta parar, hacer cola y pagar, tenemos acceso prioritario. De manera que el creyente, según Patanjali tiene vía rápida. El no creyente también puede llegar a lo mismo, pero es más lento, tiene que hacer cola, bajar la ventanilla y sacar la cartera para pagar, nada más.
Todo esto es sólo una reflexión que cada uno debe hacer si está buscando un cambio y este no se consolida. Los yamas y niyamas no son para todas las personas, son especialmente para la gente que elige el yoga como camino de transformación. Hay personas que se han educado de una manera y les sale natural y a otras les requiere muchísimo esfuerzo.
Método y práctica. Bueno parece que el yoga no deja nada de lado. Como practicantes que buscamos un cambio, una mejora, debemos tener la confianza y la certeza de que es posible. Tenemos que conocer el método, pero no es suficiente solo con conocerlo, también debemos practicar.
Si ahora con 48 años soy una persona rajásica, que protesta por todo, que discute con todo el mundo, se enfrenta a todo, no para quieto, todo le molesta si no está como él quiere… Cuando tenga 80 años seré igual pero más viejo, el único cambio que habrá no será interno, sino externo, estaré más viejo y arrugado, seré un viejo cascarrabias. Lo mismo si soy una persona deprimida, apagada, que está todo el día viendo y escuchando las noticias y todas las desgracias del mundo que reafirman mi estado, que no hay solución, que todo es una mierda… con 80 años seré la persona más triste, nadie querrá estar conmigo para que no les amargue el día. Pero si con 45 años decido que quiero cambiar y sé cómo, eso es lo que me aportará la práctica consciente del yoga. Podré reducir rajas y estar menos agitado y reducir tamas y estar menos deprimido y ser una persona más tranquila. De los tres gunas (características) satva es la que nos da felicidad y calma.
“Asanena rajo hanti” (La práctica de asanas reduce rajas) Choodamani Upanishad
Voy a compartir una pregunta de una entrevista a Rafa Nadal después de que ganara el Roland Garros en 2019.
P. Ha sorteado numerosas situaciones difíciles. ¿Cómo lo consigue?
R. No lo sé… Lo que yo creo es que ni cuando gano todo es increíble, ni cuando pierdo todo es nefasto. Emocionalmente soy una persona más o menos estable, con momentos mejores y peores, claro, pero no soy de ir ni muy hacia arriba ni muy hacia abajo. Estoy en un término medio que me ayuda habitualmente a aceptar las cosas negativas que van ocurriendo y también las positivas. El hecho de no elevarme me ayuda mucho a poder seguir haciendo cosas positivas, porque al final mantengo un perfil lógico y normal. Respeto al deporte, al rival y a la competición, porque al final sales ahí, y puedes ganar o puedes perder. A partir de esa aceptación, se encara todo de una manera más adecuada
https://elpais.com/deportes/2019/06/10/actualidad/1560127792_063754.html
Al equilibrio emocional que se refiere Rafa, no es ni más ni menos un estado en el que no predomina ni los subidones de animo (rajas) ni los bajones (tamas) sino un estado de calma y claridad, donde todo se puede entender y aceptar con sabiduría. No es un chiquillo que goce de la vitalidad de los 20 años, todos lo sabemos, y sigue conquistando éxitos. Recordáis a John Mc Enroe. Su carácter rajásico. Si una bola se la pitaban mala, se volvía agresivo, perdía el control, perdía el partido, perdía su carrera deportiva por su falta de equilibrio emocional. Rafa no habla de gunas, pero todos le entendemos perfectamente y sus palabras encierran una gran sabiduría para enfrentarse al mundo externo, cambiante, con mucha incertidumbre y mantener el control interno.
Para terminar, el yoga nos dice practica asanas para reducir rajas, pranayama para reducir tamas y la meditación para fortalecer satva. En el sistema de Krishnamacharya asana se practica con la respiración, por lo que muchos ya habréis imaginado que el efecto sobre los gunas es mayor, el tiempo de práctica tiene más calidad que si no usas la respiración.
Como dice mi profesor Srivatsa Ramaswami “¿puedo hablar español? Sí, si busco a un profesor y practico. Si queréis aprender español decirle a Óscar que os enseñe” Jejejeje, bueno el mensaje es que todas las personas estamos aprendiendo cosas todos los días, ya que nuestro cerebro todos los días puede consolidar sus conexiones o hacer unas nuevas, que si se mantienen en el tiempo se convertirán en aprendizajes y hábitos (samskaras), ya sea aprender un nuevo idioma o enseñar al sistema nervioso a estar más tranquilo. Dejar de ser una persona triste o estresada y ser una persona más tranquila es el principal objetivo de yoga.
Te animo a que descubras qué guna o tendencia predomina en ti, y a partir de ahí poner en práctica lo que dice el yoga si quieres cambiar.
(1) Con la expresión “en general” me refiero al estado ideal del ser humano medio. Para algunas personas y sobre todo profesiones necesitan un grado de estrés suficiente.